jueves, 5 de noviembre de 2009



“A veces creo que hay más profesores malos en la danza que en otras expresiones del arte. Existe una gran tendencia a aprovecharse de la ignorancia de la gente, ya que es imposible hacerse un juicio acerca de un profesor a menos que sepas algo de danza.” “Creo que lo mejor, cuando se busca un maestro de baile, es pedir consejo a un profesional conocido, un bailarín con experiencia. Si admiras a una bailarina, averigua dónde estudió o escríbele directamente.”

George Balanchine

Los profesores pueden generar confianza o socavarla con una palabra hostil. A veces los profesores que no saben ayudar le echan la culpa a tu falta de talento. Tu elección de profesor es más crucial que la escuela de baile a la que asistes o incluso el tipo de danza que practicas.



Existen “buenos bailarines, que son malos profesores”, “malos o regulares bailarines, que son buenos profesores”, “malos bailarines, que son malos profesores” y el grupo selecto de “buenos bailarines y buenos profesores”.

Aunque no necesita ser un bailarín brillante, un buen profesor demuestra claramente que es capaz de hacerse comprender. Infunde en su clase un sentimiento de respeto, disciplina y amor por el.

Es indispensable tener un agudo ojo crítico y saber cuando y cómo hacer correcciones que no sean destructivas o humillantes.

Pero el papel del profesor va más allá de las simples instrucciones de decirnos qué pie poner frente a otro y cómo. Sin duda, su propio entusiasmo es una de las cosas más valiosas que tiene para ofrecer.

Una y otra vez he oído decir a bailarines que sus primeros maestros podían fallar un poco en la técnica, pero lograban transmitir un amor lo suficientemente fuerte por el baile, que hacía crecer a sus alumnos y estimularlos a buscar otros instructores que los hicieran avanzar aún más.

Inspirar, generar energía y entusiasmo es parte vital del trabajo del profesor.

Día tras día estimula y elogia los mejores esfuerzos de sus alumnos, haciéndoles sobrepasar sus capacidades actuales.

En contraposición a una mera enseñanza de pasos, un buen profesor enseña a aprender. Muestra como observar un movimiento y adaptarlo a nuestro propio cuerpo.

Es también un poco psicólogo, que sabe cuando presionar a un bailarín demasiado cauteloso o cuando frenar a otro demasiado ambicioso.

El buen maestro de baile abre perspectivas, ayudando a los bailarines a conocerse mejor a sí mismos y revelándoles constantemente nuevas vías de crecimiento.


Además, nos deja una filosofía, un juego de valores por los que hay que luchar y que provienen de nuestro propio sentido de qué es interesante e importante en la danza.

Muchos después de haber estudiado con él, te darás cuenta de que sigue acompañándote algo de su visión del baile, que tú ya has tomado y hecho tuya.


La mayoría de los profesores de danza, por alguna circunstancia de su vida no consiguieron alcanzar la fama y el reconocimiento que ellos esperaban, lo que en algunos casos se convierte en frustración que terminan descargando de forma negativa en los alumnos o en un ego desproporcionado que les hace creer que son los dioses de la danza.

Cuando empecé a estudiar, recuerdo que me dejaba llevar por el tópico de estudiar con gente famosa, creyendo que por el hecho de ir a sus clases, bailaría en poco tiempo igual o mejor que ellos. ¡Qué gran error! .
En una de mis primeras clases con “La Tati” gran bailaora y profesora, conocí a una estupenda bailarina que jamás olvidaré, se llamaba Isabel, ella me vio en clase y notó perfectamente que no tenía gran idea de lo que estaba haciendo y al terminar la clase se acercó a mi y me dijo –te he visto en clase y perdona que te lo diga pero si no tienes buenas bases, sólo estás malgastando tu tiempo y tu dinero. Tienes que empezar desde abajo y poco a poco verás los resultados”- En la danza existe mucha gente envidiosa, egocentrista, vanidosa, borde, etc. Pero también existen buenos compañeros, dispuestos a ayudar.
Así empecé mis estudios, desde abajo, mi primer maestro fue “Josele” (José Heredia Escudero). El me dio las bases de este maravilloso arte. No era famoso, no tenía estudios, pero sabía con claridad lo que tenía que transmitir, una gran persona y un gran maestro. Murió hace unos años, pero siempre tengo presente sus enseñanzas.



*El buen profesor tiene que tener un conocimiento básico del cuerpo humano y su funcionamiento, el estudio de la Anatomía Aplicada a la Danza es fundamental, al igual que la Mécanica del Movimiento.

*Debe tener las bases del ballet clásico a nivel teórico y práctico.

*Apasionados por enseñar, transmiten, vocación, energía, compromiso, entusiasmo

*No tienen miedo de pedir disculpas y admitir sus errores: saben lo importante que es correr riesgos en el       aula y que la toma de decisiones sobre las cosas nuevas, las innovaciones, que aporten al aula es una 


gran responsabilidad.

*No se preocupan por lo "bien" que hacen las cosas, por lo "duro que trabajan"... sino por la calidad del aprendizaje de sus estudiantes y por cómo les han ayudado a crecer. 


*Son capaces de cambiar el enfoque y mantener la atención de sus alumnos y alumnas, mostrando empatía

*Un buen profesor tiene que tener presente las siguientes 3 reglas al enseñar un movimiento:

A) El porqué …

B) Para qué…

C) Cómo …

*Deben tener una mínima trayectoria artística (con formación en diversas academias es lo ideal.
 


*Debe tener pasión por el arte. 

*Los y las maestros (as) deben exigir disciplina a los bailarines, por lo tanto estos serán el reflejo de la institución y consecuentemente del maestro, esto se verá en las presentaciones y en los ensayos.

*Un buen maestro de danza por haber tenido cierta trayectoria en este arte, sabe discernir en el alumno la pasión del “hobbie”. Por eso tiene el don de ver a aquellas personas que sobresalen del resto y por lo tanto ayuda al desarrollo de sus potencialidades.

*El maestro de baile cuenta con las vivencias de su carrera, por lo tanto se convierte en un consejero para los alumnos en lo que es el arte.

La gran bailarina y profesora Isabel Quintero, desarrolló un programa de enseñanza que tuve la oportunidad de estudiar con ella… 

Primera parte

· Fundamentos teóricos:

· La importancia de la postura inicial.

· Cómo colocar la espalda.

· Colocación y equilibrio del cuerpo.

· Sistema y función de los puntos de referencia.

· Situación del cuerpo en cuanto a la posición y a la dirección de desplazamiento.

· Colocación, dirección/es y posición/es de la cabeza, movimiento y recorrido.

· Aportaciones de los brazos.

· Normas de ejecución de las posiciones de los pies transmitidas por la Danza Clásica aplicadas a la Danza Española.

· Bases y mecanismos para el desarrollo de los zapateados y palillos (castañuelas).



Segunda parte:

La clase y su desarrollo:

· Organización del espacio, agrupación y desplazamiento de los alumnos.

· Secuenciación de la práctica y organización del tiempo de la clase.

· Distribución del movimiento por partes del cuerpo.

· Proceso de coordinación.

· Recursos para la composición y aplicación de los ejercicios.

· Procedimientos para aumentar o disminuir el grado de dificultad de los ejercicios.




"Un buen maestro es un buen alumno que está aprendiendo constantemente."








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