Aunque está lejos de demostrarse que sea el cante matríz, lo cierto es que en la inmensa gama de soleares - soleá, en singular- se encierra como en ninguna otra parte la esencia del arte flamenco. Es un cante modélico: musicalmente se basa en la escala andaluza, fuente prima del género; su compás es claro y definitorio del arte jondo; el cáracter profundo esencial, de cada una de sus melodías nos remite al tuétano de la jondura: posee tal vez la mayor y fundamental riqueza lírica del género y lo mismo diriamos de sus variantes musicales.
Los doce tiempos en que se divide su compás se acentúan como sigue:
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
o bien
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
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