viernes, 10 de julio de 2009

HOMENAJE A PINA BAUSCH

Muere la coreógrafa alemana Pina Bausch, cuyo trabajo es reconocido por haber revolucionado el lenguaje de la danza moderna. Murió el pasado martes 30 de junio de

2009 a los 68 años de un cáncer diagnosticado días antes.

Apenas nueve días antes, estaba en escena con su compañía en el teatro de la ópera de

Wuppertal", dijo la compañía, que había dirigido desde 1973. "Como ningún otro, rompió las estructuras tradicionales de la danza, del ballet clásico moderno y acuñó su propio estilo característico", dijo el vicecanciller alemán,Frank-Walter Steinmeier, en un comunicado.

Desde París, donde Bausch actuaba con frecuencia, el alcalde Bertrand Delanoe y el

ministro de Cultura, Frederic Mitterrand, emitieron comunicados de condolencia. "El mundo de la danza llora hoy la pérdida de una de sus representantes más brillantes",dijo Mitterrand."Pina Bausch traspasó continuamente los límites delo que llamamos danza", dijo John Neumeier, director de la compañía de ballet de Hamburgo. "No puedo imaginarme un sucesor de Pina Bausch", añadió.



SU TRAYECTORIA

Pina Bausch –1940– Bailarina, coreógrafa y directora de ballet alemana, está considerada como la creadora del teatro-danza en su país. Sus coreografías retratan al ser humano con todos sus defectos y virtudes, y confiesa no sentirse interesada por el movimiento de las personas sino por lo que las mueve.

Desde niña Pina Bausch "bailó sus sentimientos", prefería expresarse en movimientos antes que en palabras.

Comenzó sus estudios en 1955 en la Folkwang de Essen (oeste de Alemania), donde fue alumna de de Kurt Joos y Sigurd Leeder. Desde esta fecha y hasta 1958 desarrolló su propio lenguaje

corporal, un nuevo estilo resultante de una mezcla de géneros que ella descubrió a lo largo de su

formación. Diplomada en 1958 obtiene una beca de intercambio para continuar su formación en la Juillard School of Music de Nueva York, junto a prestigiosos profesores como Anthony Tudor, José Limón o Mary Hinkson. Tras pasar una temporada, vuelve a su país y comienza a trabajar en el hoy mítico Tanztheater de Wuppertal, que dirige desde 1973. Allí, muy pronto se convierte en la creadora de ese rico y extremadamente complejo territorio que se ha denominado

Teatro-Danza.

Bailó en las compañías de Paul Sanasardo y Donya Feuer, Paul Taylor, con quien estrenó el Ballet Tablet (1961), el New American Ballet y el Metropolitan Opera Ballet.

De su mano y del trabajo de sus bailarines han surgido piezas tan emblemáticas como Ifigenia en Táuride, Café Mueller (1978), Bandoneón (1987), y muchas otras, tan discutidas como admiradas en todo el mundo.Desde sus primeras creaciones a finales de la década de 1960, Pina Bausch decía:

" lo que me interesa no es cómo se mueve la gente, sino que se mueva".Pina Bausch dividía las opiniones, pero menos que en sus comienzos, y sus coreografías, calificadas a menudo de "revolucionarias", no dejan indiferente al público, ya sea satisfecho o escéptico. Creadora potente y obsesiva, Pina Bausch despierta filias y fobias encendidas. Gran parte de una generación de coreógrafos contemporáneos en Europa ha vivido, por lo menos en algún momento de su carrera, la influencia de la danza-teatro realizada con tanta fuerza y acertado oficio escénico por Bausch y su fiel equipo de bailarines y colaboradores. Pero todavía se recuerdan sus piezas “Nelken” e “” en Taúride, que hace cinco temporadas provocaron abucheos y deserciones entre el público de abono del Teatro Real de Madrid que esperaba una lectura convencional de la ópera.

Las obras de Pina Bausch no siguen una estructura narrativa ni una progresión lineal. Se construyen más bien a partir de una serie de episodios. Múltiples acciones escénicas simultáneas, imágenes impactantes, la utilización de las experiencias específicas de sus bailarines, de actividades cotidianas, de textos dirigidos a menudo al público y de una gran variedad de músicas en la banda sonora son elementos que llevan el sello reconocible de Bausch y que han pasado a formar parte de un léxico de la danza teatro en Europa Como ha dicho la coreógrafa, "no me interesa el movimiento. Me interesa lo que mueve a las personas. Mis obras crecen desde dentro hacia fuera".Sus bailarines son a la vez consumados actores y materia prima que ella potencia a través de las preguntas que les plantea y los retos que les propone. Esta manera de trabajar requiere una fuerte aportación creativa por parte de los intérpretes, muchos de los cuales llevan más de una década en la compañía. Es una situación privilegiada pero no apta para todos. Como se preguntó en una ocasión la bailarina clásica Sylvie Guillem, "¿Trabajar con Pina Bausch? Yo no. Sería como entrar en una secta". La exploración del lado más despiadado y desesperado del ser humano (que durante los años 80 arrancó el rechazo de la crítica neoyorquina denominando su obra de "eurotrash" o eurobasura) parece haber dado paso a una actitud más vitalista. Desde mediados de los años 80 la coreógrafa ha creado una serie de coproducciones con distintas ciudades donde la compañía reside y trabaja durante tres semanas, empapándose del ambiente local, su gente, su música, su luz y sus imágenes. Creado a raíz de una residencia de tres semanas en Hong Kong en octubre de 1996, justo en el momento en que se preparaba la devolución de la colonia inglesa a la República China, Der Fensterputzer ( El limpiador de ventanas ) muestra una visión mucho más luminosa y lírica, con momentos de humor. "Lo que recuerdo de la pieza de Hong Kong," comenta Nazareth Panadero, bailarina de la compañía desde 1979, "es el viento, lo abierto del terreno, el color rojo, el darse la mano en el sentido de unirte con alguien, y el contraste entre la masa y el individuo. Tengo que decir que las coproducciones no son piezas sobre la ciudad, sino que están inspiradas en las situaciones y las experiencias vividas". "En Hong Kong vimos lo mucho que teníamos en

común con los chinos a nivel humano, con una cultura que nos parecía en principio lejana y exótica," dice la bailarina. "Entrábamos en un café y al entablar conversación con la gente

nos sorprendió encontrar un temperamento casi latino". Imágenes a destacar: una montaña de siete metros de flores de seda rojas en una esquina del escenario o el limpia cristales suspendido en el aire con su cubo frente a la tarea imposible de mantener impecable las superficies de vidrio de los grandes rascacielos de la ciudad. La banda sonora aborda todo un mundo, desde Cesaria Evora, hasta canciones y danzas tradicionales chinas, pasando por Vangelis, música gitana de Rumanía, Burt Bacharach y Dizzy Gillespie. Marcada por un talento innegable, Bausch recibió 32 premios internacionales y distinciones desde su primera coreografía, titulada 'Fragmento', en 1968. Entre esos premios se puede destacar el japonés Kyoto, la Legión de Honor de Francia o el León de Oro de la Bienal de Venecia.

Pina Bausch trabaja sobre temas predilectos que son especialmente el amor y la muerte, así como las relaciones hombre-mujer, la violencia contra la mujer, y las relaciones entre el individuo y el grupo. Bausch creó últimamente 'Nefés', traída de Turquía en 2003, y 'Ten Chi' ('Cielo y

tierra') a continuación de una etapa en Tokio en 2004.

Al finalizar la década de los 60, Pina Bausch obtiene cada vez más reconocimiento como coreógrafa. El complejo relacionamiento entre hombres y mujeres es un tema reiterativo de sus piezas, a lo largo de toda su carrera. Su destreza radica en mostrar las debilidades de ambos géneros, mujeres y hombres como víctimas y victimarios. Ya sus primeras coreografías, aún

las más tradicionales, basadas en grandes textos de la literatura mundial o piezas musicales, dejaban entrever que algo nuevo estaba surgiendo. La artista expresaba los temas existenciales,

como la vida y la muerte, a través de imágenes visionarias y de una fuerza arcaica inusual para la época. A partir de ese momento dejó de contar una historia, para contar varias historias pequeñas sobre el amor y la ternura, la soledad y el poder.

Durante toda su carrera Pina Bausch se atrevió a ir más allá de las convenciones fijadas y experimentó con improvisaciones de free-jazz , ballet sobre canciones de moda o coreografiando música de Bertolt Brecht y Kurt Weill. En 1969, luego de haber ganado el primer premio en el concurso coreográfico de Colonia,

asume la dirección del Estudio de Danza Folkwang y comienza su trabajo docente en la Escuela

Superior Folkwang. Desde 1973 la Bausch dirige su propia compañía, el Tanztheater Wuppertal, que se convirtió en sinónimo de excelencia para el teatro-danza en el mundo. Aunque viaja

muchísimo con su ensamble siempre vuelve a la ignota ciudad a orillas del río Wupper. En

Wuppertal creó más de 30 coreografías, muchas de ellas en cooperación con instituciones

culturales de otros países.

Pina Bausch considera imprescindible viajar, en el sentido más amplio de la palabra: tanto dentro de sí, como explorando otras culturas. Es famosa por la energía con la que se lanza en estos viajes exploratorios. Por ejemplo, en Los Ángeles, preparando "Nur Du" (Solamente tú, 1996), visitó clubes de música salsa, bares de strip-tease, un club de boxeo y un templo budista. Pina Bausch no pretende hacer la réplica exacta de un determinado lugar, sino más bien reflejar las impresiones recogidas por ella y sus bailarines. "No me interesa cómo se mueve el ser humano, sino aquello que lo conmueve", explica la coreógrafa.

A pesar del éxito mundial, que le abrió las puertas de todos los grandes teatros, Pina Bausch optó por quedarse en Wuppertal. El dramaturgo alemán Heiner Müller alguna vez dijo que"solamente en la provincia surge la creatividad, no en las grandes ciudades", corroborando de este modo la opción de la Bausch.En septiembre de 2008 fue galardonada con el “Premio Goethe” alemán, en Fráncfort, en reconocimiento a su creatividad en la danza moderna y por ser "la inventora de un nuevo arte", como lo definió en la ceremonia el cineasta Wim Wenders. Fue la primera vez que se entregaba el “Premio Goethe” a una artista de la danza. El galardón cultural se entrega cada tres años y está dotado con 50.000 euros (73.000 dólares). Desde 1945, Bausch es apenas la tercera mujer en recibir el premio, después de la escritora alemana Annette Kolb (1955) y la poetisa

polaca Wislawa Szymborska (1991). "La obra de Bausch es monumental, memorable,

grandiosa", dijo Wenders al entregarle el prestigioso premio en la histórica Iglesia de

San Pablo.En 1982 actuó en la película de Federico Fellini "E la nave va". En 1990 dirigió ella misma una película, "Die Klage der Kaiserin", y en 2002 una coreografía suya aparece en el filme "Hable con ella", de Pedro Almodóvar. El periódico ABC publicaba el pasado 30 de junio una entrevista a Almodóvar en la que decía: * Conocí a Pina Bausch en los años noventa, después de una sesión de verguenza para cierto público del Teatro Real, que acabó abucheando su impresionante espectáculo “Nelken” (Claveles). Olvidada esta penosa anécdota aquella noche fue para mí una revelación. Desde ese primer abrazo mantuve con Pina una relación muy estrecha. Pina Bausch fue una fuente constante de placer, me provocaba emociones muy diversas y me inspiraba siempre. Ocurrió como en la canción de Chavela, “sin saber que existías, te deseaba, y antes de conocerte te adiviné”. Coincidíamos en muchos aspectos, tanto artísticos como personales (el uso ecléctico de la música y el de la mujer como icono total). Nuestra amistad fue fulminante y para siempre. Pina era una mujer muy femenina y muy sensual, eso es algo que se aprecia en todos sus espectáculos, incluso en los primeros, más negros, herederos directos del

cine expresionista alemán. Todas sus bailarinas tenían largas y salvajes melenas, en el vestuario abundaban los vestidos largos y floreados, los tacones y los cigarrillos. Hace muchos espectáculos que introdujo el agua en el baile. La tierra, las flores, el verde del campo y la arena de la playa.

Siempre había un momento en que las parejas se agarraban y empezaban a bailar, en la feria de cualquier pueblo. El momento en que el grupo de bailarines se enlazaba y bailaban emparejados al final de su pieza “Mazurca Fogo”, a ritmo de música caboverdiana, fue uno de esos milagros que no se pueden agradecer lo suficiente. Pina me permitió que trasladara su magia al final de “Hable con ella”. También tengo que agradecerle que al principio de la película ella misma bailara acompañada por la pionera y mítica Malú, “Caffe Müller” para mí. Imposible soñar mejor comienzo para una película que cuenta la historia de dos mujeres en coma que las mágenes de Pina y Malú, vestidas en combinación blanca, caminando a ciegas por un escenario lleno de sillas y mesas, en cuyas paredes acababan chocando. No puedo explicar la emoción que me agarrotó cuando lo vi por primera vez. Hay tanta determinación, fragilidad, extrañeza, dolor y ternura en esas dos mujeres de ojos cerrados y brazos y piernas imparables.

La relación de los cuerpos era esencial en su trabajo. Una relación a veces lúdica, sensual, especular, autoritaria o dolorosa. Sus espectáculos desbordaban fisicidad, instinto y una sensibilidad indómita, delicada y original. A Pina le gustaba abrazar, y sentir la mejilla del otro contra la suya. Creo que es la persona de la que más fotos tengo besándonos, o abrazándonos.Recuerdo muy bien su cuerpo, su torso tan leve, los brazos fibrosos, sus manos. Se inventó un modo de mover como flotando los brazos y las manos, entre otras muchas

cosas.

No le gustaba hablar de lo que había detrás de sus coreografías, las depositaba en el escenario para que cada espectador las sintiera a su manera. Todas las reacciones eran legítimas, y todas las aceptaba con esa sonrisa única y tan característica. Incluso la patosa violencia de un público emperifollado que había ido al Real para ver “Nelken” (Claveles) creyendo que iban a ver una zarzuela. Con un cigarrillo perenne en la mano, y su sonrisa indescriptible Pina Bausch creó un

antes y un después en la danza contemporánea del último cuarto del siglo pasado. Sus coreografías están vivas, imagino que la compañía que acaba de dejar huérfana seguirá mostrándolas ante el asombro del mundo. Ah, adoraba el flamenco, y el mundo del flamenco la adoraba a ella. Esta noche iré al bar Candela, seguro que allí encuentro a alguien con quien llorar la muerte de Pina Bausch. El guionista, productor, actor y director de cine alemán Wim Wenders planeaba realizar una película en 3D sobre Pina Bausch.

La película sobre la polémica creadora, iba a comenzar a rodarse en septiembre de 2009.

Desde que se dispone del formato tridimensional, Wenders está convencido de haber

encontrado la mejor vía de expresión del arte de Pina Bausch. "La pantalla de cine de dos dimensiones no estaba en condiciones hasta ahora, ni emocional ni estéticamente, de hacer honor al trabajo de Pina Bausch", dijo Wenders. El 3D ofrece la posibilidad "de trasladar al público directamente al escenario, en el centro de lo que ocurre".

Según añade el texto de Wenders, Bausch le hizo percibir "el movimiento humano, los

gestos y sentimientos de forma totalmente nueva". Por eso quería llevar esa magia a la

pantalla.

El 27 de julio de 2009 habría cumplido 69 años.



Emilio Martí

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